Poder Judicial, lleno de inmundicia: Contrapunto
Las artimañas del gobierno del estado, encabezado por Cuitláhuac García le han dado resultado. A medias, pues la popularidad del mandatario no supera el 29 por ciento como ha sido la constante desde que asumió el cargo.
El jefe del ejecutivo, al igual que AMLO, su padre putativo, siempre ha sido torpe para hablar ante reporteros y hasta hace poco no quería tener contacto con ellos, pero alguien de su gabinete creyó que sería bueno que realizara una rueda de prensa a diario en palacio de gobierno.
Bueno, lo que ha ocurrido ha sido una aberración pues el tipo se dedicó a atacar por detrás a sus adversarios y ahora se hace el inocente al negar que haya intervenido en el proceso electoral.
Cuitláhuac García siguió apareciendo en twitter y promoviendo algunas obras de esas que cuestan tres pesos y su equipo de trabajo ha hecho lo que mejor sabe: cagarla.
Y no son pocas cosas, su secretario de gobierno Eric Cisneros ha seguido presionando a alcaldes y candidatos para que se aplaquen o renuncien; el secretario de Seguridad Pública logró que sus elementos se ensañasen con la población y con los maestros y desde el Congreso del estado, un delincuente convertido en diputado, Juan Javier Gómez Cazarín se la ha pasado en campaña en distintas zonas del estado, repartiendo dinero a diestra y siniestra. Hasta se dio el lujo de imponer a su padre, Juan Gómez, como candidato en Hueyapan de Ocampo.
Pero en donde se ha visto más la mano de Cuitláhuac García ha sido en la Fiscalía General de Justicia y en el Poder Judicial.
En la FGJ ya sabemos que Verónica Hernández es nada, o casi nada, está sujeta a las órdenes de sus patrones, primero obedece a Eric Cisneros y posteriormente a Cuitláhuac García. Violentó la ley al ordenar la captura de varios aspirantes a diputados y alcaldes.
Primero a Rogelio Franco Castán, candidato a una diputación federal por la vía de la representación proporcional. Posteriormente capturaron a Gregorio Gómez, un popular perredista que era favorito para ganar la alcaldía de Tihuatlán. Finalmente, lograron la captura de Nicolás Ruiz Roset, quien iba a un triunfo seguro en Minatitlán tras el pésimo gobierno de Morena en ese lugar.
El detalle es que los tres candidatos fueron denunciados por maltratos a la autoridad, es decir, se resistieron a la detención y fueron detenidos. Podrían haber enfrentado sus procesos en libertad, pero para ello, el mandatario ya tenía otro plan, utilizar a la presidente del Poder Judicial, Isabel Inés Romero Cruz para sus fines.
No en balde, ordenó desde palacio de gobierno a la jueza Alejandra Castellanos, a que le impusiera prisión preventiva de ocho meses a Rogelio Franco.
En tanto, la juez de control Verónica Portilla Suazo, hizo lo mismo con el candidato perredista Gregorio Gómez Martínez. Y para acabar, un juez de control –no se dio a conocer su nombre- hizo lo mismo con Nicolás Ruiz. Jueces de control sin carrera o bien, torpes con suerte.
Y ahora, hace apenas dos días, el magistrado Roberto Eduardo Sigala Aguilar, de acuerdo a versiones, un delincuente elevado a magistrado para satisfacer a su amigo Cuitláhuac García, votó para que el Tribunal Electoral de Veracruz cancelara la candidatura de Miguel Ángel Yunes Márquez, quien iba como favorito por la alcaldía de Veracruz.
Es tal la ambición de Morena, en especial de Cuitláhuac García Jiménez, que ha intervenido de todas las formas posibles para no perder.
Y por ello recurrió a una perdedora como lo es Isabel Inés Romero Cruz, la que no sale de su oficina y la que pide a sus súbditos que acudan a todos los eventos, pues ella no está en condiciones de hacerlo.
Prefiere esconderse y tomar su alcohol con crucetillo, evitando el contacto con empleados, abogados, magistrados y personas comunes que acuden solicitando una audiencia.
El Poder Judicial ya no es independiente, el gobierno del estado y los diputados locales encabezados por un pillo como Juan Javier Gómez Cazarín se adueñaron del lugar. Hasta en el contrato de limpieza intervinieron para ganarse unos centavitos.
Colocaron a 22 magistrados, casi todos sin carrera judicial y soportan a magistrados corruptos como Roberto Eduardo Sigala Aguilar y otros que se adecuaron a una transformación de cuarta.
Así ha sido la Cuarta transformación en Veracruz, una decepción, lo peor es que amenazan con apoderarse del estado y todo porque creen manejar a un sector de la población que ha sobrevivido –no vivido bien- de las limosnas con las que compraron sus conciencias.
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¡Quédate en casa!
Miguel Ángel Gómez/RCK Noticias/Xalapa, Ver.
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