“Tómame una foto, por sí es la última…”
Fue en un punto entre Tabasco y Chiapas. Estaba sobre la Bestia, tratando de saber cómo es que había terminado ahí. En eso, volteo hacia abajo y lo veo, agarrado de unas escaleras metálicas y decido hacer lo único que podía hacer. Tomé mi cámara, calibre la exposición, ISO 400, F:8 y 1/15 de velocidad. Me agazapé sobre la orilla del vagón y disparé un par de clics antes de apartar mi mirada del ocular y verlo directamente a los ojos.
Esperaba el reproche de él, pero me miró fijamente, con esas miradas que atraviesan todo, mientras me decía: “tómame una foto, por sí es la última…” y me dejó congelado un instante, hasta que una sacudida de la Bestia me regresó a ese preciso momento cuando levanté la cámara e hice este clic.
Han pasado varios años de esa foto y esa mirada me sigue persiguiendo. Puedo asegurar que ha atravesado tiempo y espacio, para permanecer actual, desafiante y orgullosa. Es el sueño migrante que atraviesa la cordillera de América Latina. Es el reflejo perfecto del calvario que han vivido, viven y vivirán millones de hombres y mujeres que cruzarán México migrando.
Es una mirada que hoy en día esta más actual. Hoy. Hoy que 54 migrantes han muerto en Chiapas, en un accidente, donde el camión donde los transportaba un pollero perdió el control y dejó cuerpos regados por la carretera, entre ellos varios niños.
Hoy esa mirada migrante se mantiene dolorosamente actual, por que sin importar los presidentes, por partidos, las estrategias, los discursos y demagogias, migrar en México sigue siendo un infierno.
Ese migrante lo seguí por varios meses. Lo último que supe es que había llegado a Tijuana y desde ahí cruzaría a los Estados Unidos. Lo intentó dos veces y fue deportado. Cuando me platicó a través de Facebook que lo intentaría una vez más, me dijo que “había encontrado un hombre que lo cruzaría”.
Nunca más supe de él. Incluso en sus redes, sus amigos y familiares dejaron mensajes preocupados por él, pero el silencio llegó para quedarse y el silencio nunca más se fue.
¡Quédate en casa!
Texto y foto: Carlos Matus/RCK Noticias/
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