Si todo está bien ¿Por qué tanto desprecio?: Contrapunto
El coraje, la desazón y la frustración provocó que muchos mexicanos se volcaran a las urnas para votar por una opción diferente en 2018. Hicieron ganador a Andrés Manuel López Obrador que en dos elecciones anteriores tuvo resultados contrastantes.
En 2006 fue derrotado por Felipe Calderón Hinojosa por apenas 200 mil votos. En 2012 su derrota fue contundente ante Enrique Peña Nieto que al menos en los primeros cinco años de gobierno no tuvo buenos resultados. De hecho, su mejor año fue el último, pero no le bastó ni a él ni a su partido para obtener el triunfo, con todo y que contaban con el mejor candidato: José Antonio Meade.
El fenómeno que causó López Obrador fue tal que reavivó las esperanzas de millones de mexicanos. Con todo y que no fue buen estudiante –realizó su carrera universitaria en 14 años- y que durante sus protestas quemó pozos petroleros y cerró el Paseo de la Reforma en 2006, obtuvo resultados favorables.
En lo que va de su gobierno ha tenido un buen resultado en lo que se refiere a dar apoyos a estudiantes –niños, adolescentes y jóvenes universitarios- y de allí, se dedicó a promover contra viento y marea sus proyectos –según él- más deslumbrantes como una refinería, un aeropuerto y un tren en una selva llena de riqueza.
De ahí en fuera, su mayor éxito, en ocasiones, son sus mañaneras. De allí desayuna, come y cena y dos o tres veces por semana va a jugar béisbol.
Sus resultados en 2021 presagiaban que la elección federal, para renovar la Cámara de Diputados, sería una excelente calificación a su gobierno. El resultado, no obtuvo la mayoría calificada, que era tan necesaria –dijo- para aprobar sus mayores proyectos.
Esa fue su última oportunidad, porque en un año y meses dejará el gobierno y allí, el obradorismo desaparecerá, pues vendrá un nuevo gobierno, con ideas propias y proyectos nuevos. Por lo menos así lo estiman los analistas.
No se sabe si continuarán las becas o bien, si otros proyectos que estén en la mente del presidente verán la luz o se irán con él, pero lo cierto es que habrá un nuevo gobierno y veremos si los mexicanos califican la administración obradorista como en 2018 o 2021.
Se habla de Claudia Sheinbaum como la mayor aspirante a la candidatura. Su problema es que no levanta con todo y que la mayoría de los gobernadores morenistas le abren la puerta, gastan dinero público y la publicitan a más no poder, pero nomás no encaja en el pensamiento de los mexicanos. Vaya, los que están en contra de ella deben entender que López Obrador ya no gobernará.
Sus adversarios, Marcelo Ebrard y Adán Augusto López hacen su esfuerzo y también gastan dinero público para resaltar sus imágenes y logros, pero sus imágenes y sus logros, muy pocos.
El otro aspirante, Ricardo Monreal ni lo mire, él no va, él se mantendrá fiel al presidente, hasta el último día de su gestión, quizá sea diputado federal o secretario en el sexenio.
Pero insisto, si para muchos que votaron por López Obrador las cosas van tan bien ¿Por qué se enojan ante la crítica? Bien saben que no todo va “miel sobre hojuelas”. Los resultados en seguridad pública, salud y economía, por ejemplo, son desastrosos.
Van 150 mil homicidios dolosos. Fueron más de 333 mil muertos por Covid-19 y el crecimiento desde que llegó el presidente ha sido de 0.008 por ciento. Tampoco se le puede agradecer que el peso esté fuerte ante el dólar porque esto tiene qué ver más por las remesas que por otra cosa y la gente no está vendiendo dólares. La gasolina se rige bajo precios internaciones y hasta eso, no se vende el litro por menos de 21 pesos pese a que se prometió que no costaría más de 10 pesos.
La refinería “Dos Bocas” se inunda cada que hay un aguacero; hay más aviones caídos en los océanos que en el aeropuerto “Felipe Ángeles” y aún hay dudas sobre la efectividad del “Tren Maya” cuya construcción era dirigida por un sujeto que apenas había culminado el bachillerato.
En la mayoría de los estados gobernados por Morena la violencia se vive todos los días y tampoco tienen crecimiento. Vaya, el estado de Querétaro ha tenido un crecimiento de 9.2 por ciento, mayor que los estados de Tlaxcala, Colima, Michoacán, Guerrero y Oaxaca, juntos.
Para colmo, la Suprema Corte de Justicia de la Nación (SCJN) puso en orden muchas cosas y no por caprichos o para servir a los intereses de alguien. Simple y llanamente los ministros determinaron que el propio presidente y sus allegados deben respetar la Constitución Política del país, así de simple. No hay malas intenciones por ningún lado ni mucho menos se quiere echar abajo a este gobierno. Tampoco es bueno ver tanto Netflix.
Es justo decir que tampoco hay una oposición rimbombante. Puede haber dos o tres elementos destacables pero el problema que viven el PAN, el PRI y el PRD son sus dirigencias. No hay más.
PD El Poder Judicial de Veracruz sigue sin reponer en su cargo al magistrado Marco Antonio Lezama Moo. Ha habido mucha corrupción en el Legislativo veracruzano. Primero para imponer a las recomendadas del gobernador Cuitláhuac García y luego para rechazar a un magistrado que ganó un amparo federal y que debió ser repuesto de inmediato. Pronto habrá noticias, seguramente.
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Miguel Ángel Gómez Ruiz/RCK Noticias/Ciudad de México
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