En opinión de … Rafael Santana Mendoza Morales

Vulgar Polìtica

Desde este espacio manifiesto mi solidaridad con los habitantes de Chiapas y Oaxaca,

por las pérdidas humanas derivadas del sismo registrado en fechas recientes.

De lo hechos recientes que acontecieron en el país, lo más lamentable, sin duda, fueron las víctimas humanas. Sin embargo, no podemos minimizar las pérdidas materiales que se produjeron por los desastres naturales que, en una desafortunada sintonía, aquejaron y causaron destrozos; sobre todo, al sur de la nación, donde irónicamente se encuentran los más altos índices de marginación y pobreza.

A la par de tan lamentables sucesos, el Instituto Nacional Electoral dio inicio formal al proceso electoral 2018, donde se renovará la Presidencia de la República, 9 gubernaturas estatales, senadores, diputados federales y estatales, además de algunos otros cargos de representación, dependiendo de la entidad federativa.

En un país donde prevaleciera el estado de derecho y lo más elemental del concepto de ética, sería motivo de repercusiones importantes lucrar con la desgracia y la necesidad, peor aún cuando quienes lo hicieren fuesen servidores públicos o representantes populares. Traigo a colación el comentario ya que, por desgracia, son de carácter público al menos dos hechos que se registraron en Veracruz, donde fue evidente el fin lucrativo, electoralmente hablando, con que se repartieron desde víveres hasta material para la construcción.

Ante estos hechos, e independientemente de las sanciones a que sean acreedores quienes resulten responsables, ya que ocurrieron después del inicio del proceso electoral 2018, es fundamental que como sociedad organizada nos involucremos en los asuntos públicos, seamos copartícipes de la construcción de mejores condiciones y exijamos un actuar prolijo y pulcro de los servidores públicos.

Señalemos los errores; exijamos la aplicación de la ley; mantengamos fresca en la memoria los acontecimientos; seamos empáticos con el sufrimiento y padecimiento de nuestros compatriotas; analicemos las propuestas, las personas, los contextos y, con base en eso, tomemos la decisión de dónde se encuentran nuestras afinidades.

Todo lo anterior, con el único fin de poner en el centro de la agenda pública nuestras problemáticas e intereses y no seguir permitiendo el uso faccioso y lesivo del poder.