¿Merecía Sofía Martínez Huerta ser presidenta del TSJEV?
Abogados, a través de distintos foros y colegios, consideran que el nombramiento de Sofía Martínez Huerta como presidenta del Tribunal Superior de Justicia del Estado de Veracruz (TSJEV) fue un error.
Desde aquél fatídico 2 de diciembre de 2019, en que el magistrado Marco Antonio Lezama Moo, en un mini pleno compuesto por ocho jefes de distintas salas al interior del Poder Judicial, propuso a Sofía Martínez Huerta para la presidencia, hubo rechazo por parte de muchos de los asistentes en la sede principal del órgano.
Ese día, un emocionado Lezama Moo votó a favor de la amiga del exmagistrado Dionisio Gutiérrez García. Por supuesto, había un premio por allí del que se habló mucho. Principalmente económico.
Era inexplicable que una mujer que apenas un mes antes había sido ascendida a magistrada, ocupara la posición más importante dentro del Poder Judicial. Sobre todo porque su trayectoria era gris. Había laborado varios años en un juzgado municipal y su máximo cargo, antes de ser premiada como magistrada, fue el de secretaria en ese juzgado. Nadie niega sus ganas de progresar, pues ya adulta estudió la carrera de derecho bajo el cobijo de Gutiérrez García.
Su adversaria en aquella elección fue la magistrada Yolanda Cecilia Castañeda Palmeros, quien para ese entonces cumplía 48 años de laborar en el Poder Judicial. Vaya, toda una carrera allí.
Las diferencias entre ambas, abismales. Sofía Martínez ha dependido siempre de Dionisio Gutiérrez, su amigo, su pareja. Por el contrario, Yolanda Castañeda Palmeros se forjó sola en un Poder Judicial, dominado por hombres por varias décadas.
La magistrada Castañeda Palmeros comenzó como escribiente, cursó la carrera de Derecho y obtuvo la calificación más alta en su generación. Por varios años se destacó como jueza en 16 juzgados distintos, ocho penales y ocho civiles y no ponía ningún pero cuando se tenía que cambiar de juzgado: “Simplemente empacaba mis cosas y me llevaba a mis hijos conmigo, a manejar por las peligrosas carreteras de nuestro estado”, relató en alguna ocasión.
Cuenta con dos maestrías, una a través del Instituto de Investigaciones Jurídicas de la UNAM en coordinación con la Universidad Cristóbal Colón. Obtuvo los reconocimientos Torrente Viver y Remes Ripoll.
Tiene una maestría en Derecho Penal, Derecho Procesal Penal y Criminología y diplomada por la Universidad de Girona, España.
Obtuvo un doctorado en la Universidad de Xalapa, en el que obtuvo la calificación de diez y el reconocimiento Magna Cum Laudem al presentar su examen doctoral con la tesis “EL proceso jurisdiccional familiar escrito y oral en Veracruz”.
También curso un diplomado en juicios orales (Proceso acusatorio adversarial) en la University California Western School of Law en 2015.
En 2011 obtuvo el premio al Mérito Judicial, que entrega la Suprema Corte de Justicia de la Nación (SCJN), destacándose por sobre muchos magistrados del país.
Ha sido articulista en varias revistas jurídicas y es autora del libro “Prescripción negativa o liberatoria de los antecedentes penales y la reincidencia en el estado de Veracruz”:
Ha sido visitadora del Honorable Tribunal Superior de Justicia en el Estado. Magistrada supernumeraria de 1994 a 1998 y ratificada como magistrada inamovible en 1997 y desde 1998 magistrada numeraria.
Hoy día, continúa capacitándose y tiene distintas obras por publicar.
Apoyo de abogados veracruzanos
La magistrada Castañeda Palmeros, a diferencia de Sofía Martínez Huerta, ha recibido el apoyo de abogados de distintas zonas del estado de Veracruz. Ha sido homenajeada y reconocida como una de las veracruzanas más influyentes. Nunca perteneció a ningún partido político y ha dedicado su vida a trabajar y capacitarse. Está convencida que la capacitación es vital para administrar de una mejor forma la justicia.
Reveses
Además de insertar a un sinnúmero de amigos y familiares cercanos, Sofía Martínez Huerta cometió serios traspiés desde que tomó posesión como presidenta del TSJEV.
Desdeñó a jueces. Recortó gastos. Ha tratado de manera soez a todos aquellos que requieren de una audiencia y lo que es peor, no ha propuesto siquiera, la modernización de la administración de justicia como ha ocurrido en otros estados.
El Poder Judicial en Veracruz está parado desde marzo y no hay visos de que la situación vaya a mejorar. Se cree que retornarán hasta septiembre pero no es seguro y lo peor es que cientos de casos están sin una resolución.
No sólo fue desafiada por el gobernador Cuitláhuac García y los diputados locales de Morena, luego que el Consejo de la Judicatura la desdeñó y redujo a nada al despedir a varios de sus amigos cercanos. Perdió el poder y se niega a retirarse. Lo peor es que al adscribir a tres magistrados por encima de tres que fueron retirados por distintos motivos y pese a que contaban con un amparo federal, se arriesga a perder su cargo y de ir a la cárcel.
Para acabar pronto. Sofía Martínez Huerta hizo el ridículo pues al desdeñar a tres magistrados confirmó que no tiene ni idea de lo que es el juicio de Amparo.
Dos de los magistrados que corrió del Poder Judicial vuelven, orondos, felices de haber derrotado a la presidenta impuesta, la misma que ha demostrado día a día que no tiene capacidad, ni liderazgo, mucho menos conocimiento de la ley.
A unos pisos de su oficina, la magistrada Yolanda Cecilia Castañeda Palmeros continuará con su brillante labor, ya sea en casa o en el edificio principal del TSJEV. Allí seguirá capacitándose y lo que es mejor, dispuesta a dar todo a favor de la justicia en Veracruz.
¡Quédate en casa!
Miguel Ángel Gómez Ruiz/RCK Noticias/Xalapa, Ver.
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