¡Ahí viene el viejo!
Rellenos de trapo, papel o aserrín los viejos son una tradición que nació en el Puerto de Veracruz cuando trabajadores de los muelles iniciaron una protesta haciendo ruido con latas, cencerros y tapaderas de metal, ya que no recibían aguinaldo o algún beneficio por las fechas.
Javier Flores, comerciante de viejos, indicó que la venta va lenta, pero confió en que para el 31 de diciembre se terminen los más de 100 muñecos que tiene a la venta.
“Los viejos cuestan entre 250 y 350 pesos, cada año con año los vendemos y están hechos de ropa y papel”.
Cientos de veracruzanos colocan frente a sus casas un muñeco con la imagen de un viejo para representar al año que termina, y se le coloca un letrero con la leyenda “Una limosna para este pobre viejo, que ha dejado hijos para el año nuevo”.
“Más o menos empiezan a venderse bien el 31 de diciembre. Vendemos como 100 viejos más o menos, a la gente les gustan, nos piden cohetes, pero están prohibidos, solo vendemos el viejo y ellos sabrán si los rellenan o consiguen cohetes por otros lados.
Luis Ortiz/RCK Noticias/Veracruz Ver.
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