Contrapunto por Miguel Ángel Gómez Ruiz

Contrapunto  

Miguel Ángel Gómez Ruiz

La decisión de Sofía

 

El pasado martes, de acuerdo a una fuente fidedigna, desde el área de Comunicación Social del Tribunal Superior de Justicia del Estado de Veracruz (TSJEV), se dispuso de una buena cantidad de dinero para pagar a medios afines, manejables y sumisos, para que no se publicara sobre la sesión a la que citó el Consejo de la Judicatura en la que se exigió la presencia de la presidente de ese órgano, Sofía Martínez Huerta.

Como era de esperarse, la interfecta no acudió, prefirió esconderse, como lo ha hecho desde hace varias semanas, para no explicar el destino de 60 millones de pesos que no ha podido comprobar, además de que no ha querido hacer comentario alguno sobre la supuesta fuga de recursos del Fondo Auxiliar del TSJEV.

Algunos columnistas, vendidos, se lanzaron a defender, sin mencionar su nombre, a la propia Sofía Martínez Huerta, impuesta por el gobernador Cuitláhuac García y su primo, Manuel Huerta Ladrón de Guevara desde el 2 de diciembre del año pasado.

Hay algo muy claro y cierto, la mujer no podrá esconderse siempre. Es claro que los integrantes del Consejo de la Judicatura, la perseguirán como cobradores de Elektra a sus clientes, hasta que rinda cuentas, pues de lo contrario, se expone a sanciones muy severas. Por incumplimiento de un deber legal y hasta podría ser denunciada penalmente y podría ser inhabilitada para ocupar algún cargo a futuro.

Es claro que este encargo, ser presidente, títere del gobierno, pues apenas tiene los conocimientos básicos aprendidos en la escuela nocturna, le quedó muy grande. No tiene capacidad, le huye al diálogo y lo que es peor, el poder que le fue conferido le ha valido para servirse, como se dice comúnmente, con la cuchara grande.

Se equivocan quienes piensan e inclusive, aseguran que no puede ser destituida por un pleno de magistrados. Ese mismo pleno que la eligió la puede destituir, por supuesto que sí.

Sofía Martínez Huerta abusó de ese poder que le otorgó un grupúsculo de magistrados que se sometieron al billete, que no pensaron en la importancia de que se aplicara la justicia en la Entidad.

Sus subalternos hacen lo que pueden para cubrirla o justificarla, pero su descaro ha sido tal que no tiene siquiera, el sentido común para dialogar con sus compañeros, muchos de ellos con mayores conocimientos que ella. Quizá ha sido eso, se ha sentido tan inferior que teme al diálogo.

Parte de su equipo de trabajo fue desmantelado y eso fue para ella un golpe terrible. A partir de que tres de sus alfiles fueron despedidos, ella se aisló y no quiere ver a nadie. Por el contrario, su hijo Benjamín Díaz Martínez se cree un dios al interior del TSJEV, hace y deshace de acuerdo al testimonio de varios empleados que han sufrido de su arrogancia y malos tratos.

Hace unos días, la magistrada Concepción Flores Saviaga declaró que Sofía Martínez debe ser destituida por incumplimiento de un deber legal y por una larga lista de irregularidades en las que cayó, repetimos, desde su nombramiento.

“La presidente debe excusarse ante una serie de atropellos jurídicos que han ocurrido en el Poder Judicial que ha sido afectado por tales atropellos, además de que se ha violentado el principio constitucional de división de poderes”, dijo.

Encima de ello, la ignorancia de la presidente ha sido tan atrevida que se ha jugado el puesto al desacatar el mandamiento de un juez, que concedió amparos a los magistrados Roberto Dorantes y Marco Antonio Lezama Moo para que no fueran destituidos tras cumplir 70 años. No sólo fue criticada por tal decisión, sino que fue blanco de burlas, pues nadie se explica cómo es que una presidente desconozca la Ley de Amparo.

Se vienen tiempos complicados para Sofía Martínez. Reitero que no podrá continuar escondiéndose y en algún momento tendrá que acudir con sus compañeros del Consejo de la Judicatura. Sería bueno que alguien cercano, podría ser su pareja sentimental, Dionisio Gutiérrez García, le explica o aconseje que es hora de dejar el cargo. De lo contrario, seguirá haciendo el ridículo. Ya es hora de que todos conozcamos la decisión de Sofía.

Un mundo distinto

Alguien me preguntó a principios de la semana sobre qué hubiera pasado si no hubiera sido electa Sofía Martínez el año pasado.

Desde luego, me vino a la mente el nombre de la magistrada Yolanda Cecilia Castañeda Palmeros.

Si ella, con casi 49 años de experiencia, con un paso brillante y limpio al interior del Poder Judicial, hubiera sido electa presidente, habría ocurrido lo siguiente:

El TSJEV estaría representado dignamente

Se habría respetado la ley.

Habría un diálogo constante.

Ya se habría instaurado la Justicia en línea.

Se habría acabado el rezago y habría justicia expedita.

Se manejarían los recursos con honradez.

Habría una capacitación constante al personal.

Se habría manejado la pandemia de Covid-19 adecuadamente.

Así es, en lugar de contar con una mujer que apenas fue secretaria de un juzgado por años, se tendría a una mujer en toda la extensión de la palabra. Con conocimientos, con experiencia y con una brillante carrera que incluye dos maestrías, un doctorado, un premio al Mérito Judicial y no sólo eso, que laboró en 16 juzgados, ocho civiles y ocho penales, que fue magistrada supernumeraria y posteriormente magistrada numeraria inamovible. Vaya, la carrera de la magistrada Castañeda eclipsa con suma facilidad a la de la presidente Sofía Martínez, cuyo único talento es el de esconderse y evadir cualquier responsabilidad.

¡Quédate en casa!

RCK Noticias/Xalapa, Ver.

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