En opinión de … Rafael Santana Mendoza Morales
Tópico pendiente.
En el marco del proceso electoral de 2018, el cual se convertirá en un plebiscito de las reformas estructurales que se implantaron en la actual administración federal, y que a pesar del discurso oficial triunfalista, es evidente el fracaso y el nulo impacto positivo en la calidad de vida de la inmensa mayoría de los mexicanos. Razón por la que no gozan de aceptación popular, y que a reserva del quebranto de la ley, el proyecto oficial y los que pretenden continuar con el modelo, no obtendrán el triunfo en los próximos comicios.
En ese escenario, una de las reformas que ha generado mayor controversia es la Reforma Educativa. Es evidente que la realidad que viven día con día los profesores y profesoras, alumnos y padres de familia, no concuerda con los logros presumidos por el Gobierno. Han sido muchas voces autorizadas las que han demolido con argumentos sólidos los ejes de acción de dicha reforma. Desde una evaluación que no cumple con las condiciones pedagógicas mínimas, infraestructura educativa deficiente, diseño centralista, hasta la limitada propuesta en los temas torales que debería contener una Reforma Educativa.
Sin embargo, desde mi punto de vista, y sin restar importancia a ninguno de los otros temas fundamentales, considero que existe un tópico que debe ser eje de la propuesta que pretende enmendar los daños provocados con la actual Reforma Educativa, me refiero a:
La Reivindicación social de las Profesoras y Profesores.
La estrategia Gubernamental para obtener cierto respaldo social en la implementación de la Reforma Educativa, fue linchar mediáticamente a los profesores y profesoras, haciéndolos quedar como los responsables de los malos resultados educativos del País. Si bien el profesor es un actor fundamental en el éxito o fracaso de un sistema educativo, no es el único, y en el caso de México, ni siquiera el de mayor relevancia.
La descomposición del sistema educativo se produjo a partir de que el gobierno lo utilizó como un instrumento de lucro político, promoviendo poderes fácticos que utilizaron a su antojo los recursos para fines que nada tienen que ver con la educación.
Al amparo del poder crecieron fortunas, se toleró el tráfico de influencia, se utilizó como refugio de operadores políticos y se cedió a los sindicatos las decisiones públicas. Todo esto es verdad, pero hay que ser claros, sólo una minoría fue la beneficiada de estas prácticas, el grueso del gremio magisterial, la base, entregó, y sigue entregando lo mejor de sí mismos en la noble labor docente.
No temo equivocarme al afirmar que los profesores y profesoras de México son uno de nuestros activos más importantes como Nación. El papel que desarrollan dentro de la sociedad es fundamental para el progreso social, son agentes de cambio, de desarrollo, se involucran e influyen en su contexto y, dentro de su ámbito y posibilidades, forman las nuevas generaciones de nuestra sociedad.
Debemos hacer un ejercicio de reflexión y ponderar la labor del profesorado, estar consciente de la responsabilidad que cada actor tiene sobre la educación, y sobre todo, tener muy claro que los deficientes resultados que como nación obtenemos en el rubro educativo son multifactoriales, sin embargo hay que puntualizar, si no existen mejores condiciones sociales (empleo, redistribución, seguridad, reducción de la pobreza y abatimiento de la corrupción e impunidad) va a ser muy complicado que el magisterio pueda rescatar a la educación del espiral de decadencia en que está inmersa en la actualidad.
Mtro. Rafael Santana Mendoza Morales
Unión Popular Veracruzana A.C.
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