Los espermas se están acabando
La cantidad media de espermatozoides entre los hombres de los países occidentales cayó a la mitad en 40 años, según un estudio que manifiesta la inquietud sobre las consecuencias de esto para la fertilidad masculina, aunque varios especialistas llaman a interpretar estos datos con prudencia.
Entre 1973 y el 2011, la concentración de espermatozoides pasó de una media de 99 millones por mililitro de esperma a 47 millones, según este estudio, publicado en la revista especializada Human Reproduction Update.
Este nivel se mantiene, no obstante, en una horquilla normal, fijada por la Organización Mundial de la Salud (OMS), que es de entre 15 y 200 millones de espermatozoides por mililitro. Inclusive una concentración inferior a 15 millones no es forzosamente sinónimo de infertilidad.
Este análisis pasó revista a 185 estudios hechos entre 1973 y el 2011, que comprenden a 43.000 hombres de América del Norte, Europa, Australia y Nueva Zelanda.
En cambio, los investigadores no encontraron bajas significativa en América del Sur, Asia y África -regiones en las que se hicieron pocas investigaciones-.
Además de su impacto sobre la fertilidad, una cantidad reducida de espermatozoides puede también estar vinculada a otros problemas de salud, que podrían ser provocados por factores medioambientales, como la exposición a los pesticidas, el estrés, el tabaquismo e incluso un régimen alimenticio desequilibrado.
Varios estudios realizados desde 1992 han concluido en una baja de la calidad del esperma. Pero los mismos han sido muy criticados, porque se hicieron con pocas personas, o comparaban análisis realizados con técnicas de laboratorio diferentes, o porque los hombres estudiados habían sido reclutados en servicios de medicina reproductiva, y por lo tanto la muestra no era representativa del conjunto de la población.
Pero, este estudio, dirigido por el doctor Hagai Levine, especialista en salud medioambiental, evita estas complicaciones: descartó los estudios en que los participantes habían sido seleccionados a causa de sus problemas de fertilidad y solo consideró los que utilizaron la técnica del hemocitómetro, más precisa que las otras.
Falta que este trabajo compare análisis efectuados en países y laboratorios diferentes, subraya el doctor Martin Blomberg-Jensen, del Rigshospitalet (Dinamarca).
El mejor método para confirmar un descenso del número de espermatozoides sería seguir a largo plazo a un grupo de hombres con buena salud. Aunque un estudio realizado en Dinamarca entre 1996 y el 2010 no llegó a estas conclusiones, añade el experto en fertilidad masculina.
«Este artículo representa un avance para clarificar los datos» disponibles, pero «queda mucho trabajo» para confirmar el fenómeno y determinar sus causas, advierte por su parte Allan Pacey, profesor de andrología en la Universidad de Sheffield (Reino Unido).
Fuente: Agencias
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